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La acidez del café, trucos para el estómago

Las rutinas son rutinas por algo, y una de las más establecidas por casi toda la humanidad es la de tomarse un buen café mañanero. El problema de esto es que recién levantados, el café quizá no sea tan buena opción como se cree.

Si, el chute de cafeína esta ahí y ayuda, pero tu cuerpo quizá no sea tan receptivo como crees a este neuro activador a esas horas. De hecho, lo recomendable es tomar el café unas dos horas después de haberse levantado. Y a ser posible, tras un buen desayuno, ya que, el café es una bebida ácida y puede generar molestias a nuestro estómago.

Siempre hemos pensado que el desayuno es el mejor momento del día para tomar el café para despertarnos y activarnos. Sin embargo, en algunas ocasiones puede sentar mal y provocarnos dolor de estómago, acidez, cólicos, perdida de apetito o mareos.

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El café, bebida ácida

Todo esto pasa por que el café se considera una bebida ácida, las variedades más comunes pueden contener un PH de entre 4 y 5 mientras que el estomago tiene unos niveles de acidez de entre 3,5 y 4.

El café es tan ácido por que tiene un alto contenido en ácido clorogénico y tomar esta bebida en ayunas puede provocar cierta inflamación en las paredes del estómago o exceso de producción de ácidos estomacales.

Esto puede provocar la aparición de úlceras pépticas o gastritis, que pueden venir con acidez y dolor estomacal, hipo constante, calambres estomacales, vómitos, mareos, ardor de estómago o irritación del intestino a parte de su efecto laxante.

Claro que todos estos problemas se pueden solucionar tomando un buen desayuno con nuestro café de la mañana.

A pesar de todo, el café tiene un carácter estimulante menor por la mañana que durante el resto del día.

Todo es culpa de la hormona cortisol, que es la responsable de aumentar el nivel de alerta en el organismo y que se genera a través del ritmo cardiaco.

Esta hormona aumenta entre las 8 y 9 de la mañana por tanto, al tomar una taza de café en esas horas, le estaremos diciendo a nuestro cuerpo que produzca menos cortisol para que ese espacio lo ocupe la cafeína.

Además, esto nos genera una resistencia natural a esta sustancia. Mejor meterse el chute de cafeína entre las 10 y las 12 del mediodía.

Todas estas no son las únicas razones por las que el café nos pueda sentar mal, también puede ser alergia a la cafeína o intolerancia la lactosa, la enfermedad de Crohn o el síndrome de colon irritable.

Si no eres capaz de identificar la razón de que el café te siente mal, lo más recomendable sería acudir a tu médico para ahorrarse disgustos.

Otras alternativas al café

Ajeno al diagnóstico que recibas, si necesitas ese empuje extra cada mañana pero el café se ha convertido en un problema, existen otras alternativas. Aunque si queremos sustituir el café, hay que» desintoxicarse», ya que los efectos no serán notables si no hemos eliminado la cafeína del organismo.

Achicoria

El sucedáneo de café más popular y con el que además comparte ese sabor tan característico. A pesar de que no contiene cafeína, si tiene propiedades probióticas para las enfermedades digestivas y ayuda a reducir los niveles de colesterol.

Otro beneficio es que es más estable, no provoca subidas y bajadas de energía propias de los elementos excitantes de la cafeína.

Agua de coco

Al igual que el café. prácticamente no tiene calorías y con mucho potasio, mineral que ayuda a regular los latidos del corazón.

También facilita el funcionamiento del sistema nervioso y mejora la función muscular además de utilizarse para dolores estomacales por ser un tónico digestivo muy efectivo.

Infusiones de hierbas

Se realizó un estudio en la Universidad de Northumbria en Reino Unido, usando extracto de guaraná, ginseng y eleuterococo, para demostrar lo eficaz que eran para mejorar la actividad física y mental, propiedades que también se le atribuyen al café.

Estas infusiones incluyen unas sustancias activas en su composición que adaptan el cuerpo al estrés y ayudan en el tratamiento de la fatiga.

Café de cereales

Realizados a partir de una mezcla de cebada, centeno y malta, libres de cafeína y con el poder suficiente para proporcionar energía sin ser demasiado excitante. Tiene un sabor y un aroma mas agradable que el café original además de mayor contenido en fibra.

También es adecuado para cualquier momento del día ya que no resulta adictivo ni interfiere con el descanso.

Zumos y batidos energéticos caseros.

La opción mas saludable son los zumos verdes, además de ser tendencia, combinan verduras de hoja verde con frutas.

Son una increíble forma de empezar el día por su combinación de vitaminas, minerales y azúcares que aportan la energía necesaria para despertarte.

Cacao

El cacao es rico en teofilina y teobromina, sustancias que ayudan a ponerse en estado de alerta para poder despertar por la mañana.

También tiene propiedades antidepresivas, estimuladoras y antioxidantes. Solo tienes que disolver dos cucharadas de cacao en leche y tendrás la cantidad perfecta para comenzar el día con energía.

Sin embargo esta combinación si que puede alterar nuestros horarios de sueño, así que es mejor evitarla por las noches.

Café

Si aún sigues prefiriendo el café, puedes optar por tomar un café más tostado y que tiene menos acidez.

También puedes remojar los granos de café molidos en una jarra de medio litro con agua fría, como en el artículo sobre el café frio, ya que con este sistema, el café resulta menos ácido por el tipo de infusionado.

Es un proceso más lento, pero además de conseguir un café más concentrado también tendrá una acidez más baja. Y si aun así quieres tomar el café caliente, lo puedes mezclar con agua caliente y guardar el resto en la nevera.

Bicarbonato y café

El bicarbonato ayuda a suavizar el café, hay que tomarlo en cantidades moderadas, pero también es beneficioso para nuestra salud.

Previene la acidez de estómago

Si consumes café barato hecho con granos de Robusta, puede provocar más sensación de acidez. Y de hecho, el grano de café Robusta tiene el doble de cafeína que los granos de mayor calidad, como el Arábica.

Pero al ser una bebida ácida, los granos baratos que tengan un tueste ligero o medio también provocan mayor acidez.

Para esto basta con añadir un poco de bicarbonato de sodio al café para reducir la acidez del mismo y poder disfrutar de tu taza favorita.

Alivia los problemas intestinales

Si tienes problemas digestivos, también eres más sensible a las bebidas y alimentos ácidos, y un café con leche clásico podría alterar el intestino si tienes un estómago con este tipo de problemas. Situación que se agrava si tienes úlceras de estómago.

Para contrarrestar los efectos estimulantes del café, puedes usar el bicarbonato de sodio. Aunque si lo prefieres puedes usarlo en las comidas para el estómago sensible o las úlceras.

Lo recomendable es añadir el bicarbonato en agua caliente, pero el café matutino puede ser un sustituto del agua para poder disfrutar del café diario y además tratar los problemas intestinales.

Combate el reflujo ácido

La cafeína y los ácidos del café pueden relajar el esfínter esofágico inferior además de agravar el reflujo acídico.

Si tienes un reflujo ácido, la recomendación es reducir el consumo de cafeína, pero a veces uno quiere poder seguir disfrutando de su bebida favorita.

Añadiéndole bicarbonato de sodio al café, antes de prepararlo, ayuda a anular la acidez de este gracias a la alcalinidad del bicarbonato.

Efectos secundarios del bicarbonato en el café

Usando la cantidad adecuada, el bicarbonato funciona como muchos aditivos. Pero un uso excesivo podría estropear el sabor del café y, además, de tu salud.

Como es de esperar, el bicarbonato de sodio contiene sodio, al igual que la sal, por lo que consumir grandes cantidades podría aumentar la presión arterial. Con la tensión arterial alta, es conveniente consultar antes al médico y evitar añadir bicarbonato al café mientras no tengas una confirmación de un profesional.

Si te excedes con este, puedes acabar provocando problemas cardiacos graves o alcalosis metabólica.

En cambio, si no padeces de tensión arterial alta, simplemente debes consumirlo con moderación, como todo en esta vida.

Una taza de café llevaría una pizca de bicarbonato mientras que una cafetera debería tener 1/4 de cucharadita de bicarbonato.

Pero ten cuidado, hay una cantidad máxima que se puede tomar, no debes tomar más de media cucharadita al día ni tomarlo de forma continuada por más de dos semanas.

Para acabar

Hemos comprobado que con el bicarbonato de sodio podemos disfrutar de una taza de café, agradable al estómago y sin amargor. A parte de no tener que preocuparnos por los niveles de acidez que puedan tener los cafés baratos o de tuestes más suaves.

Todo gracias a que el bicarbonato de sodio es una sustancia alcalina capaz de neutralizar las propiedades ácidas del café. Recuerda, con un cuarto de cucharadita el café será digerido más fácilmente y evitaras sufrir agruras. Pero recuerda no pasarte de la cantidad recomendada.

La mejor parte es que el café no cambia su sabor con el bicarbonato si ponemos la cantidad indicada. Y además, si prefieres tu café con leche de almendras, puedes reducir la acidez aún más.

Lo que si es cierto es que no deja de ser un alivio temporal para quien padezca problemas estomacales de forma ocasional. Si reduces la acidez de forma repentina, podría derivar en un aumento de la producción natural de ácido en tu cuerpo.

Para estos casos es mejor consumir café menos ácido tomando el café frio o de tueste más oscuro y molienda más gruesa o alguna de las alternativas que te hemos propuesto en este articulo.

Si padeces alguna enfermedad relacionada con el estomago, es mejor que consultes a tu médico antes de utilizar este truco.

Conclusión

Y como siempre, lo más importante de todo es consumir el café con moderación. Es una bebida con muchísimas propiedades beneficiosas, desde mantenernos alerta a la hora de conducir o salir en bici, protegernos de diversas enfermedades como la diabetes tipo 2 o el alzhéimer, y por encima, aporta un montón de minerales buenos para el corazón y el organismo en general, como el potasio y el magnesio.

La acidez del café es uno de sus problemas, pero se puede solventar de muchas maneras, como ya hemos visto en este artículo, ya sea preparándolo de maneras diferentes, como el café en frío, o añadiéndole un poco de bicarbonato, o la mejor opción de todas, realizando un buen desayuno antes de tomar nuestra taza de aromático café.

¿Por qué esta última es la mejor? Pues muy sencillo, porque es un dos por uno: Te obligas a desayunar bien, quizá uno de los problemas mayores de nuestra sociedad, ya que con las prisas, muchísima gente se toma un café bebido y tira para la oficina. Pero si quieres cuidar más tu salud, este es un buen pack, por un lado desayunarás mejor, lo que equivale a una mejor calidad de vida, y por otro, reducirás de manera natural la acidez del café, que también implica mejor salud.

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