Hemos entrado de lleno en el verano y con ello llegan las ganas de recetas fresquitas y deliciosas. Atrás quedan los cocidos, sopas y asados, el otoño y el invierno son una mejor época para ellas. Ahora es tiempo de ensaladas, gazpachos, helados, fruta y postres dulces y fríos.
El café, por supuesto, también se reinventa cuando llega el calorcito. Sigue siendo imprescindible a la hora del desayuno, pero ya no apetece tanto tomarlo caliente. Hay alternativas, como tomarlo con hielo o con la leche fría.
Sin embargo, hay muchas mas opciones para tomar café que en una taza. Podemos hacer infinidad de recetas donde introducir este elemento y que nos quede algo delicioso y dulce, pero con ese punto de amargor para contrastar.
Para aquellos que realmente disfrutan del café, tenemos dos propuestas dulces con el café como principal protagonista, y aunque ya hemos visto varias recetas que usan café, hoy toca hablar del rey, el postre cafetero por antonomasia.
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Tiramisú
Una de las recetas más famosas de la cocina italiana, popular por todo el mundo. Un dulce que se ha convertido en una receta tradicional a pesar de ser bastante reciente. Se cree que su origen se sitúa en la región de Véneto en los años 50 y, que de aquellas, no llevaba ni mascarpone ni licor.
Tiene una gran diferencia con la receta que conocemos actualmente. Consistía en un dulce fortalecedor y de efecto inmediato debido a la gran cantidad de glúcidos que contenía.
Solo se empleaban cinco ingredientes: huevos y azúcar batidos, bizcochos Savoiardi mojados en café espresso y cacao en polvo. El queso se añadió años después para ayudar y ralentizar la digestión, obteniendo el efecto contrario de somnolencia.
Esta evolución y posterior reconocimiento se realizo gracias a una cadena de restaurantes en 1968, Toulá, que dio a conocer en toda Italia este delicado, sencillo y cremoso postre.
Ingredientes
Para preparar un delicioso tiramisú, vamos a necesitar junto a nuestro delicioso café:
⦁ 500 gramos de queso crema Mascarpone.
⦁ 6 huevos M, de los que empleamos 6 yemas para el sabayón y 4 claras para montar.
⦁ 150 gramos de azúcar glas en polvo, recomendable, o azúcar normal blanquilla.
⦁ 300 gramos de bizcochos Savoiardi o de soletilla.
⦁ 4 cucharadas de Amaretto o el licor que prefieras.
⦁ 10 a 20 gramos de cacao puro en polvo.
⦁ 150 mililitros de café fuerte al gusto.
⦁ 1 pellizco de sal para montar las claras.
Cómo hacer la crema sabayón
La crema sabayón (sambayón, ponche de crema, zabaglione o zabaione), es una crema espesa, originaria de Italia, a partir de tres ingredientes: yemas crudas, azúcar y licor Amaretto, todo esto batido al baño maría hasta conseguir una textura cremosa.
Para ello, primero calentamos agua en una cazuela grande, sin que llegue a hervir. Mientras el agua se calienta, separamos las yemas y las claras en diferentes recipientes y guardamos las claras para usarlas mas adelante.
Se mezclan las yemas de los huevos, preferiblemente frescos y a temperatura ambiente, con el azúcar en un cuenco metálico.
Primero empezamos a batir la mezcla en el cuenco sin meterla en la olla de agua caliente y, cuando empiece a espumar, colocamos el cuenco en la cazuela.
Una vez colocado sobre el agua caliente, pero sin hervir, batimos con unas varillas, a mano, o con las de la batidora hasta que la mezcla duplique su tamaño. Poco a poco se añaden las cucharadas de Amaretto y se sigue mezclando hasta que estén incorporadas a la crema.
Cuando la mezcla sea homogénea, sacamos el cuenco del baño maría y seguimos batiendo en frío hasta que nos quede una crema esponjosa y compacta. La dejamos apartada para el montaje del tiramisú.
Elaboración del tiramisú
Primero se prepara el café, para que pueda ir enfriando naturalmente y que no este muy caliente a la hora de incorporarlo.
Toca montar las claras separadas anteriormente. Usando un bol, introducimos las claras, a temperatura ambiente, les añadimos una pizca de sal y empezamos a batir.
Hay que batir hasta que las claras suban y queden firmes, que puedas darle la vuelta al bol sin que el contenido se mueva. Cuando llegues a este punto, empieza a manipular la mezcla con una espátula de silicona.
Ahora, incorporaremos a esta mezcla la crema sabayón, preparada anteriormente, con movimientos envolventes y con cuidado de que quede todo integrado sin que las claras bajen demasiado.
Y antes de incorporar el queso mascarpone, conviene batirlo para que quede cremoso, lo ideal sería hacerlo a temperatura ambiente. Una vez batido y cremoso, se mezcla con las claras y crema de la misma forma e intentando que se desmonte la mezcla para que se mantenga esponjosa.
Presentación final del tiramisú
Ahora solo falta presentarlo en el molde de nuestra elección. Lo primero es poner una capa de bizcochos soletilla. Regamos o pincelamos estos bizcochos con el café, lo justo para que absorban el liquido pero no se rompan.
Estos bizcochos también se pueden sumergir en un recipiente con el café, pero pueden absorber demasiado y romperse mas fácilmente
La siguiente capa es la mezcla de claras, crema sabayón y queso. Sucesivamente, añadiremos más capas de la misma manera: bizcochos empapados de café y luego crema, hasta tener una o dos capas más.
Para rematar, un toque de cacao: El contraste tan importante de este postre se lo da este ingrediente. Lo espolvoreamos con un colador para evitar que queden grumos, y listo.
Este último paso se puede realizar justo antes de servirlo, ya que el cacao, al enfriar tiene peor presentación y el postre tiene que quedar en la nevera para tener ese toque fresco que se agradece en verano.
Curiosidades y consejos
Se puede presentar tanto en una fuente o en raciones individuales usando una copa o vaso que tengamos por casa.
Es bastante común que cada italiano tenga su propia receta de Tiramisú en casa. Todos parten de una base común, pero cada familia lo prepara a su gusto, ya sea en cantidades de licor o en tipo de café.
También existen diferentes variaciones según que utilicemos para empapar los bizcochos. O si en lugar de Amaretto utilizamos coña, whisky, ron o hasta licor café, para darle un toque mas intenso de café. Si quieres poder servírselo a niños, sustituye el licor por más chocolate.
Orígenes
Respecto a sus orígenes, no es que tenga un origen realmente claro, pero una de las teorías es que era una receta servida a clientes de burdeles después de la Segunda Guerra Mundial, para darles fuerza y subir la libido.
Se dice que su nombre derivó de la expresión véneta «ti tira su», que se traduce por «tírame-arriba». Hay quien es capaz de concretar en que prostíbulo se localiza su creación incluso.
Tiramisú, literalmente, significa súbeme, tírame hacia arriba, levántame. Y tiene sentido debido a las características de los ingredientes, que son una verdadera bomba energética.
El presidente de la cadena de restaurantes Toulá, que popularizó dicho postre, comentó: «Había sido efectivamente después de la guerra cuando nos íbamos con amigos a los burdeles de Treviso (…) en esos tiempos tenían también cocinero (…). La maîtresse, a los clientes aficionados (pero también a las mujeres) les ofrecía un dulce diciendo con cortesía estas palabras emblemáticas: Anda, toma cariño, que te doy una cosa que ti tira su”
Granizado de café y Bailey’s
Si hablamos de recetas fresquitas no nos podemos olvidar del granizado de café y que mejor que prepararla con la receta irlandesa, la favorita de muchos.
Sin embargo, a pesar de haberlo tomado y preparado innumerables veces, su origen es bastante curioso y mas reciente de lo que cabria esperar.
Lo bueno de esta receta es que es realmente sencilla y fácil de preparar y mientras tengamos hielo, café, Bailey’s y una batidora, podremos hacerlo en cualquier momento de una forma sencilla. Pero si quieres la receta realmente buena, te la explicaré ahora.
Ingredientes
Para preparar esta deliciosa y fresquita bebida, vamos a usar:
⦁ 3 cucharadas de café bien cargado
⦁ 2 cucharaditas de azúcar
⦁ 4 cucharaditas de Bailey’s
⦁ 250 mililitros de leche entera
⦁ 100 mililitros de agua
⦁ Zumo de limón
Preparación del hielo
Para preparar tu propio hielo y añadirle un toque de sabor, empieza calentando los 100 mililitros de agua para poder disolver las dos cucharadas de azúcar en ella.
Ahora añádele el zumo de limón y congélalo durante unas dos horas en una cubitera. También puedes hacer este paso varias veces para tener siempre el hielo preparado para esta receta.
Preparación del granizado
Ya tenemos el hielo pero hay que prepararlo para que el granizado quede con la textura perfecta. Lo ideal sería ir congelando durante dos horas, picando y volviendo congelar otras dos horas hasta conseguir la textura adecuada.
Sin embargo también puedes usar una batidora para batir el hielo o usar un martillo de carne, con mucho cuidado de no hacerte daño y usando un paño para evitar que el hielo salte por todas partes.
Una vez que tengas el hielo picado y con la textura a tu gusto, es hora de mezclar el café, preferiblemente a temperatura ambiente para que no deshaga el hielo, la leche y el Bailey’s.
Puedes tomarlo directamente así, mezclándolo bien o puedes volver a meterlo al congelador otras dos horas y picarlo para que quede el perfecto granizado. Como detalle final, puedes añadirle un poco de nata montada, siropes de sabores o incluso nueces picadas.
Origen del café irlandés
Por supuesto, el origen del café irlandés está en Irlanda, pero concretando, es en el aeropuerto de Shannon, en la década de 1940, donde se origina dicho café.
Uno de los empleados, Joe Sheridan, buscando calentar y reconfortar a los pasajeros de un vuelo retrasado, se le ocurrió la genial idea de combinar café y whisky.
Ni que decir que la idea fue acogida con alegría y se convirtió en una receta que podías encontrar siempre en ese aeropuerto.
Esta receta acabó por escrito en 1952, cuando Stanton Delaplane, del San Francisco Chronicle, tuvo la suerte de probar este café irlandés en el aeropuerto que le dio su origen.
Y quedó tan encantado con la mezcla que, en cuanto tuvo la oportunidad, decidió comercializarlo en Estados Unidos con la ayuda de Buena Vista Café.
Poco tiempo después, el café irlandés era conocido en todo el mundo, pero este café tuvo otro momento clave de fama. En 1972 se lanzó la famosa marca de licor Bailey’s, un licor a partir de café, whisky y crema de leche y que es la que hemos usado en esta receta.
Según sus creadores, se basa en la receta del café irlandés y, en muchos lugares, al café con Bailey’s lo llaman «café irlandés industrializado»
El café con licor por el mundo
A pesar de lo común de dicho licor, la adición del licor al café es mas común de lo que parece y para nada exclusiva de los irlandeses, sin ir mas lejos, en España, los gallegos decidieron crear un licor basado en el café. Existen variaciones por todo el mundo, pero algunas más conocidas que otras.
En Francia, en lugar de utilizar whisky, añaden Grand Menier o Cointreau al café. Tras preparar el espresso, se añade un poco de licor con ayuda de una cuchara para evitar que estos se mezclen y, por ultimo, se vierte crema encima, adornándola con canela o cacao.
Es importante hacerlo en este orden para evitar que los ingredientes se mezclen. Hay quien lo toma sin siquiera mezclarlo con una cuchara.
El Mexpresso, en México, que, como en el caso anterior, reemplaza el whisky con tequila. No es muy buena idea mezclar ambos licores así que lo ideal es elegir solo uno de ellos. Y si no, siempre puedes hacerte un café azteca.
Y, como no, nuestro famoso carajillo, café y licor y conocido por toda España. En este caso lo mezclamos con orujo de uva, aguardiente o ron y, a pesar de lo que se pueda creer, su origen se determina en Cuba.
Al final, no importa a donde vayas, en todo el mundo se mezcla el café con licores y, desde luego que, con estas dos recetas fresquitas y fáciles de preparar, el verano se va a hacer mucho mas llevadero.
Ahora solo falta degustarlas y comprobar que están realmente deliciosas y merece la pena el trabajo que requieren.
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