La leche es uno de los ingredientes más importantes a la hora de hacer diferentes variedades y recetas de café.
Y al igual que nos preocupa la calidad y el sabor que pueda aportarte esta, también hay que prestarle especial atención a como la preparas.
Lo primero que hay que decidir a la hora de preparar recetas especiales es que tipo de leche prefieres.
Desde las leches con más o menos nata hasta las leches vegetales, no es que haya una opción más correcta ya que no solo depende del gusto si no de tu tolerancia a los lácteos.
Pero muchas recetas requieren una preparación concreta de la leche, sobre todo de la espuma que genera.
Y para esto lo ideal es contar con un espumador, ya sea manual o eléctrico, asegurarte de que sirve para tu tipo de leche preferida y aprender a usarlo para tus preparaciones favoritas.
Normalmente, en las recetas te indican el orden en el que se debe realizar cada preparación, pero se cree que lo ideal es primero vaporizar la leche y ya después preparar el café.
La razón para que se realice en este orden es por que la espuma necesita reposar un tiempo muy breve para eliminar las burbujas más grandes que se hayan podido crear.
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Prepara una espuma perfecta
Ya he concretado que lo ideal es preparar primero la espuma, pero es igual de importante saber prepararla correctamente.
Primero debes saber utilizar el espumador de tu elección, pero en todos tendrás que poner la leche en un recipiente, ya sea el propio del aparato o uno a parte.
Si tu espumador tiene una función para calentar la leche, lo ideal es que la caliente hasta llegar a los 65ºC y, como mucho, los 68ºC.
Una vez que tienes la leche espumada, ya sea con la maquina automática o manual, prepara el café en una taza hasta que aparezca un poco de esa espuma dorada tan característica.
Una forma de poder acelerar el proceso de eliminación de burbujas es dándole unos pequeños golpecitos al recipiente.
Esto seguro que te resulta familiar de ver como en las cafeterías golpean un par de veces la jarra con la leche antes de servirla.
Y a continuación sirve la leche, con cuidado ya que puedes perder la cremosidad de las burbujas si las echas muy de golpe.
El arte de la leche: Art latte
En este punto es donde puedes aprovechar para aprender a hacer Art Latte, que es la habilidad para hacer diferentes dibujos o figuras sobre la espuma del café.
Puede parecer realmente complejo cuando se lo ves hacer a alguien experimentado, pero es una habilidad que se desarrolla a base de practica, ensayo y error.
Para poder empezar a practicar, tienes que conocer las dos metodologías principales a la hora de realizar art latte.
Caída Libre
Esta es probablemente la forma más popular, consiste en verter la leche vaporizada sobre la taza con movimientos muy precisos y sutiles.
Con estos sutiles movimientos se controla la caída de la espuma de la leche y por tanto, el dibujo que realizan.
Las figuras más básicas son el corazón y la roseta, pero los más experimentados pueden llegar a hacer dibujos incluso de cisnes o caras humanas.
Etching
Para esta técnica no solo se requiere más práctica si no también tener ciertas habilidades artísticas.
Podría decirse que este método de art latte consiste en, literalmente, dibujar arte en el café con la espuma de la leche.
En este caso se usan diferentes utensilios o herramientas y, algunos artistas, llegan a incluso usar diferentes colores mezclando colorantes con la espuma de la leche.
Con esta técnica se pueden incluso llegar a recrear figuras 3D gracias a la densidad de la espuma de la leche, una técnica muy popular en Japón.
¿Cuál es la mejor leche para hacer espuma?
Ahora que ya sabes como preparar la espuma de la leche e incluso como dibujar con ella, convendría saber cual es la mejor leche para prepararla.
Si que es cierto que el factor más determinante a la hora de escoger la leche suele ser el gusto personal, pero cada leche reacciona diferente al proceso de espumarla.
Leche entera
Esta es la leche con la que se consigue la mejor espuma aun en sus versiones pasteurizadas ya que es la que contiene más porcentaje de grasa.
La función de esta grasa no solo es la de dar sabor, si no también el de asegurar una textura muy cremosa a la espuma de la leche.
También es el tipo de leche que aporta la base perfecta para resaltar mejor los matices y sabores del café sin que tus papilas gustativas prioricen ningún sabor.
Leche desnatada y semidesnatada
Este tipo de leches se caracterizan por tener un contenido de grasa realmente bajo, cosa que aunque pueda sonarnos más sana, para espumar no es tan ideal.
En el caso de la leche semidesnatada, nos encontramos con una leche con un contenido de un 1.5% de porcentaje de grasa.
Sin embargo, la leche desnatada, con solo un 0.1% de porcentaje de grasa, resulta realmente difícil conseguir una buena estructura para la espuma de leche.
Esto no quiere decir que sea imposible conseguir una espuma con estos tipos de leche, pero no será una espuma densa ni muy cremosa que pueda aguantar demasiado.
Desde luego que no es la más ideal para ninguno de los tipos de Art Latte, ya que no aguantaría hasta poder sacarle una foto.
Una ventaja de la leche semidesnatada para muchos amantes del café reside en su sabor, a pesar de ser menos cremosa.
Al tener un sabor neutro y menos presente en la boca, puedes saborear un café mucho menos cremoso.
Leche sin lactosa
En el caso de la leche sin lactosa, es una opción para aquellos cuyo cuerpo no pueda metabolizar dicho producto.
Es muy común encontrar en el mercado leches sin lactosa entera, semidesnatada o desnatada casi de cualquier marca.
Y puesto que lo que cambia en este tipo de leche es sólo la lactosa, que se sustituye por lactasa, no cambia su porcentaje de grasa ni, por tanto, como reacciona a ser espumada.
Sin embargo, una cosa por la que destaca la leche sin lactosa es por su dulzor, aunque también por su elevado precio.
En el caso del dulzor, supone una cuestión de gustos, ya que puede hacer que no necesites echar azúcar al café o que te resulte un café tan dulce que no puedas tomarlo.
Sin embargo, el dulzor de este tipo de leche, se complementa muy bien con los granos con tuestes muy oscuros.
Probablemente esta sea la leche que menos dependa del gusto y más de la necesidad, pero al menos aquellos que no digieren la leche pueden seguir tomando sus recetas favoritas.
Para los vegetarianos
Probablemente su popularidad haya crecido exponencialmente en los últimos cinco años, empezando por la famosa leche de soja.
Por eso, a día de hoy, en cualquier supermercado te puedes encontrar con todo tipo de variedades de leches vegetales.
Desde leches de arroz, pasando por leches de almendra o de avena, las opciones para aquellos que no quieren consumir producto animal son enormes a día de hoy.
En estos casos, sin embargo, tendrás que fijarte en el envasado de la propia leche y su contenido de grasa para poder saber si esta puede ser espumada o no.
Además, que tengan un mayor contenido de grasa también se va a ver reflejado en los sabores que aportan al café.
Leche de avena
Esta concebida con un 3% de grasa, lo cual le da un sabor muy agradable para el café y unas condiciones adecuadas para espumarla.
Sin embargo, se utilizan aditivos como aceite y reguladores de la acidez, y la grasa por si misma no produce las mejores propiedades espumantes.
Aún así, se considera la mejor opción de entre todas las alternativas vegetales, para tener una espuma de leche estructurada.
Leche de soja
Se considera la reina de la espuma por que, al contener un 30% de proteínas, produce muchísima espuma a la hora de prepararla.
Sin embargo, esta espuma es muy débil y se desintegra con mucha facilidad, por lo que no sería la mejor opción para cafés más cremosos.
Además a esto se le suma el sabor dulzón, lo cual, como en la leche sin lactosa, depende de como te guste tomar el café.
Leche de arroz
En este caso, en el extremo contrario, tenemos a la leche de arroz con un 0.2% de contenido en proteínas.
Así se consigue una espuma muy fina y más inestable que la de la leche de soja, convirtiéndose en una opción bastante mediocre.
Junto a la leche de arroz, esta la leche de coco, cuyas propiedades son muy similares y, por tanto, no es demasiado espumable.
Leche de almendra
Con un contenido de grasa del 3% y un contenido de proteína del 1%, nos encontramos ante una leche vegetal bastante decente a la hora de espumarla.
Sin embargo tiene un sabor muy destacable, a medio camino entre las nueces, dulce y ácido a la vez.
Esto no se conjuga bien con todos los cafés, con aquellos menos ácidos puede combinar bien, sin embargo si tu grano es más afrutado, no es la mejor opción con la leche de almendra.
Aun así, ya que las leches vegetales aportan mucho sabor, todo acaba reducido a una cuestión de gustos.
Ya no solo por que sabor de leche vegetal se adapte mejor a tu paladar, si no de como se combina esta con tu grano de café favorito.
Para acabar
Desde luego que la leche es un compañero indispensable para el café, y cientos de recetas la usan. Así que, ya sea en líquido, en espuma, o en otras formas, como la nata, o incluso la mantequilla, es importante aprender a usarla correctamente si queremos llegar a un alto nivel en la preparación del café.
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