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Cómo preparar un Café Turco auténtico

Posiblemente hayas degustado cafés de diversos tipos, y preparados de diferentes maneras. Incluso en casa, si no te fijas demasiado al comprarlo en el super, puede que hayas variado entre más o menos intensos, o con diferentes niveles de tostado.

Sin embargo hoy vamos a ver un café que se prepara de manera muy distinta a lo que estamos acostumbrados.

Si viajas hasta Turquía y visitas a alguien en su casa, nunca van a preguntarte si te apetece tomar un café turco. La pregunta será más enfocada a tus gustos ¿Cómo te gustaría que te hiciese el café?

Contenidos

La preparación del Café turco

Tu anfitrión está siendo educado, y te pregunta sobre el azúcar que quieres que agregue a tu café.  Hay cuatro respuestas posibles:

  • Awha Sada: Significa que lo quieres sin azúcar.
  • Ahwa Ariha: Esto es que no te gusta demasiado dulce y solo quieres un poco.
  • Ahwa Mazboot: Esta respuesta significa que solo añada entre 1 y 2 cucharaditas de azúcar.
  • Ahwazidaya: Esta respuesta es la de las personas que aman el café muy dulce, ya que agregarán 3 o 4 cucharaditas de azúcar a tu café.

Desde el momento en que decides cómo quieres el café, tu anfitrión se sentirá responsable de que ese café sea preparado acorde a tu gusto, y si hay más de una persona, se encargará de que cada uno de sus invitados obtenga un café preparado a su gusto, lo más perfecto posible.

Generalmente, quien se encarga de esto, es la chica más joven de la casa, que retiene las preferencias individuales sobre el azúcar de cada uno.

Un grano de café distinto

Hay que aclarar que Turquía no es productora de café, sino que lo importan de países productores. En Turquía lo muelen de una forma muy característica, y lo usan de una manera muy típica del país para hacer el delicioso café turco.

Más que preparar café, lo cocinan. El concepto “café turco” es más una forma de prepararlo que el café en sí. Sus granos de café son molidos tan sumamente fino que es fácilmente puedes confundirlo con cacao en polvo la primera vez que lo ves, y no lo hueles, ya que el aroma del café es tremendamente característico. De hecho, se usa mucho en repostería turca, ya que el polvo es muy fino y se presta a las recetas de galletas y pasteles típicos.

Pocos aromas son comparables al café turco recién molido, llamado Türk Kaveshi. Este tipo de café es, para muchos, lo más cercano a un café expreso italiano, y otros lo consideran mucho mejor café. Preparado individualmente, en pequeñas y elegantes pocillos de porcelana, acompañadas de sus platos, es una delicia y un lujo para muchos.

¿Cómo se toma el Café turco?

El café molido se agrega al agua y al azúcar, como hemos dicho antes, y se cocina lentamente. El café no se remueve, y hay que dejarlo asentar. Los turistas que se aventuran a beber este café rápidamente, se llevan una desagradable sorpresa, ya que su paladar es atacado por los posos del café.

El café turco, el de verdad, el real, se bebe despacio, asentado, y tiene una capa de espuma densa en la parte superior. Se llenan los pocillos lo máximo, pero no debe derramarse nunca.

El café Turco es una bebida muy fuerte, rica, espesa, deliciosa y sabe infinitamente mejor si la tomas con calma y en buena compañía, pero eso cualquier café.

Ibrik, la cafetera turca

Esta bebida se elabora en una cafetera especial, que más que una cafetera, es un cazo de cobre llamada cezve o ibrik.

¿Qué es un Ibrik? Es un cazo de cobre donde se pone agua a hervir, el café molido en grano muy fino, leche y azúcar.

Debes hervir esta mezcla sin parar de remover la mezcla, durante tres hervores.

Así de simple, así de maravilloso. El café resultante es fuerte, muy fuerte, aromático, espeso y no tiene punto medio, no deja indiferente: o te encanta o lo detestas.

Apenas se tarda tres minutos en hacerse y no necesitas una gran habilidad para lograr un resultado de calidad.

Sus ventajas son, básicamente, que es rápido y fácil de preparar. El aroma y el sabor serán increíblemente buenos, si te gusta, y no necesitas demasiada maquinaria para hacerlo.

Sus inconvenientes es que si no estás atento, quemarás el café, y perderás el sabor, el aroma, y habrás tirado ese maravilloso café molido que has usado en su preparación. Los ibrik no funcionan ni en inducción ni en vitrocerámica, necesitarás cocina de gas para poder realizarlo, y, puesto que el resultado final es un café con mucho poso, de aspecto a limo, tal vez eso pueda desagradarte.

Nosotros creemos que hay que probarlo, al menos una vez en la vida. Es diferente al que estamos acostumbrados, pero no por ello menos delicioso.

Preparación Tradicional del café turco

Crear este tipo de café es un arte. En el Medio Oriente y los Balcanes hacer el café turco con el método tradicional, varia mucho según cada región, y cada casa, familia.  No es un café difícil de preparar, todo lo contrario, pero necesitas practicar mucho para  crear la espuma del café.

Este tipo de café, esta preparación del café, no se filtra. No es que no lo necesite, es simplemente que no se hace. La molienda del café es tan sumamente fina, que podría ser harina, y al no filtrarse, los posos de café permanecen en la taza.

No se mide por mililitros, ni gramos. La medición exacta de este café es con el pocillo o taza que vamos a usar, y con cucharitas para medir el café y la cantidad de azúcar deseada, ya que cada persona lo toma como más le gusta.

Hay que recordar que el café turco no se revuelve, no se agita, no se mueve, nunca después de ser preparado. Esto es para que el café se asiente y podamos beberlo sin los desagradables posos.

Hay gente que lo toma con leche, lo que le da un poco más de dulzor y se cambia la textura. La leche hace que este café sea menos amargo, pero conserva el aroma, el cuerpo… es decir, el café turco preparado con leche no pierde calidad, no pierde aroma, no pierde sabor, solo es bastante más suave y quizás se le note más el azúcar, en caso de añadírselo.

De todas formas, no se añade la leche al terminar la preparación, sino durante. Un café turco nunca te lo servirán en un pocillo con la leche en una jarrita al lado y unos azucarillos. Esa es una versión Europea de un expreso, o un café con leche, pero en Turquía te servirán el café totalmente listo para tomar.

Cualidades del café turco

El sabor del café turco es muy similar a un expreso muy espeso, con más sabor, más intensidad, pero sería la variante más parecida. Es muy habitual servir el café turco con un vaso de agua, para limpiar el paladar entre sorbos, sobre todo si se nos cuelan los posos.

Es tradición, y recomendable, comprar este tipo de café en las cafeterías locales. El café arábica llega en granos y los muelen directamente en molinillos gigantes, cada tienda tiene el suyo. Aún así hay que estar seguros de que el café está fresco y es de calidad.

  • Su aroma: Es fuerte, intenso, irresistible. Si apenas puedes olerlo, es que está rancio, pasado, no es recién molido. Esto nos da un café sin sabor, o con el sabor muy diluido.
  • El café turco recién molido es un polvo volátil que, si lo intentas apelmazar, se desmorona de una forma casi hipnótica. El café que no está recién molido se apelmaza.
  • El sabor: Si cuando pruebas este café, su aroma no te embriaga, si no notas ese amargor, esa fuerza, si lo notas acuoso… es porque el café no era fresco.

También es importante saber cómo almacenar este café. Si no lo haces correctamente, el café no conservará ni su aroma ni su textura. Se estropeará y perderá todas esas cualidades que le hacen ser un café excepcional. Te vamos a dar un par de consejos para almacenar este café y que no pierda su esencia.

  • Siempre, lo mejor, es meter el café en un bote que cierre herméticamente, sea de plástico o de vidrio, lo importante es que tenga tapa hermética.
  • Nunca debemos guardar el café con una cuchara de metal, lo oxida.
  • Guárdalo siempre en un lugar sin luz solar directa, seco y fresco.
  • Nunca debes guardarlo en su propio paquete, una vez lo hayas abierto claro. El café en contacto con el aire se enrancia muy rápido. Siempre mételo al bote hermético.

Turquía y el café

Turquía tiene una cultura alrededor del café, y se basa, sobre todo, en cómo hacer y como beber ese café turco. Es algo cultural, de compartir, de familia, de amigos. El café turco cobra sentido como evento.

El café turco suele tomarse después de una gran comida. No hay nada más famoso en la Turquía rural que sus cafeterías, llenas de gente que se pasa allí horas y horas fumando, compartiendo sus problemas, riéndose, jugando a las cartas, y sobre todo, bebiendo café turco.

Es común que solo sean frecuentadas por hombres, así que una mujer entrando a una cafetería, suele ser un espectáculo y recibe miradas extrañas. Como curiosidad, en Bodrum, ciudad turística del mar Egeo, hay una cafetería solo para mujeres, y así que no os perdáis la experiencia de tomar café turco en una cafetería de Turquía.

En todo el Medio oriente, el café tiene un papel  cultural importante. Ya había cafeterías en Estambul durante el imperio otomano.

Los hombres pasaban horas y horas reunidos en estas cafeterías, socializando y negociando. Es esta costumbre la que popularizó el café turco, y siguen existiendo, donde a día de hoy, se sirve el café turco a ancianos que van a esas cafeterías solo a socializar. Pero no son los únicos lugares para tomar un buen café.

Todas las cafeterías del país tienen café turco en su carta, eso sí, cada uno con su estilo. Cambian el tipo de café, el tipo de tostado, con sabor a barro, o el conocido café otomano, con sabor a cardamomo.

El café turco y el matrimonio

Es curioso, pero el café turco tiene un papel protagonista en las costumbres matrimoniales del país. Los padres del novio, visitan la casa de la novia, para hablar con sus padres  y hacer la pedida de mano. Allí, durante la visita, esperan que el café lo sirva la novia, y este debe ser con la mayor cantidad de espuma que se pueda.

Y después de tantos rodeos, la pregunta es:

¿Cómo se prepara un café turco?

Lo primero que haremos será medir el agua con un pocillo de café. Cada medida de agua es para una persona, y vertimos el agua en el Ibrik o cezve.

Nos toca medir el café. La proporción exacta es que, por cada pocillo de agua fría, son dos cucharadas de café. Y se añade directamente en el ibrik.

A continuación, removemos el café y el agua con una cuchara hasta que esté bien mezclado, y ahora es el momento de añadir el azúcar deseado. Recuerda preguntar a tus invitados cuánta azúcar quieren. Si las preferencias de dulzor son diferentes, tendrás que preparar más de un ibrik.

Coloca la cafetera a fuego lento, removiendo un par de veces mientras se cocina. Cuando esté a punto de hervir, y empiece  a espumar, retira la cafetera del fuego. Quita esa espuma con una cuchara y repártela en los pocillos. A continuación, vuelve a poner la cafetera al fuego y repite la operación. Cuando hierva, agrégalo a los pocillos.

Deja asentar el café, que los posos queden al fondo. No lo remuevas, y bébelo despacio.

El café turco no es solo beber

Es muy habitual que, después de tomar el café, se juegue a adivinar el futuro ya que es una tradición milenaria… Como decíamos antes, en la pedida de mano, la futura novia es examinada y juzgada por su novio y prometido, y los padres de éste, por cómo prepara el café, y por cómo lo sirve.

Cuando has terminado la bebida de café y el pocillo se ha enfriado, se vuelca el pocillo sobre el plato, girándolo en el sentido de las agujas del reloj varias veces. Posteriormente la taza se levanta con cuidado y el adivino, leerá el futuro de quien ha bebido ese café, basándose en los patrones que han dejado los posos.

Aunque parezca un juego, y para algunos lo es, hay muchísima gente que se lo toma en serio, y busca respuestas. Amor, dinero, trabajo… el café lo adivina todo.

Consejos finales

Hay trucos o consejos que nos vendrán bien a la hora de preparar un café turco:

  • Usaremos café arábica de tueste oscuro, es el más tradicional, aunque otros tuestes y mezclados, también dan buen resultado.
  • El molido debe ser en polvo, es lo que caracteriza el café turco de verdad.
  • Los molinillos convencionales no sirven, mejor optar por molinillos para café turco.
  • Remover demasiado el café hará que la espuma no suba, y hervirlo lo amargará así que mejor cuidar este detalle.
  • Mejor hacerlo despacio y a fuego lento que apresurarlo. Se tarda entre 7 y 10 minutos en prepararlo de una forma óptima.
  • Los Ibrik son pequeños, y es más fácil preparar dos cafés que uno, saldrá más sabroso.
  • Si no tienes Ibrik, usa la olla más pequeña posible, que sea alta y fina.
  • Los pocillos de expreso son una buena alternativa si no tienes tazas turcas.

Y ahora queda lo mejor… que te animes a preparar tu café turco, y lo disfrutes. Y ya sabes, el café turco, se degusta en compañía.


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