Hay muchos ingredientes variados que se le pueden echar al café para crear diferentes sabores y tipos de café, pero la leche es, sin duda, el ingrediente más común después del azúcar.
La imagen más común al pensar en un café, suele ser la de una taza de café con leche con mucha espuma, como la que te suelen servir en una cafetería.
Pero para que un Café se considere Latte tiene que estar preparado de una forma concreta, ya que cada tipo de café con leche es diferente.
Al final no solo varía la forma de preparar nuestro café, si no el tipo de leche, las técnicas de infusión, la forma de texturizarla e, incluso, si decides hacerle algún adorno de Art Latte.
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¿Qué es un Café Latte?
A pesar del nombre, que puede sonar a preparación elegante o compleja, el Latte solo se compone de dos ingredientes, café espresso y leche al vapor.
La razón por la que se diferencia de otros cafés con leche es por las proporciones, ya que para ser un Café Latte debe llevar 1/3 de espresso y 2/3 de leche al vapor o texturizada coronado con una pequeña capa de espuma en la superficie.
Este café se distingue por su sencillez, al ser tan pocos ingredientes, es muy fácil poder combinarlo con otros aromas y siropes además de usar el tipo de leche que más se adapte a tus gustos o salud.
Pero el Café Latte tradicional permite disfrutar de un café espresso suavizado y con matices de crema que aligeran su cuerpo, amargor y acidez.
El origen del café latte
Si buscamos el origen del Café Latte se hace un poco difícil de marcar ya que las primeras mezclas de café con leche se conocen desde el siglo XVII, simplemente ha ido perfeccionándose la receta.
Una receta que se puede relacionar con el cappuccino italiano se encontró en Austria, en el siglo XVI, donde se ofrecía una bebida de café con crema, especias y azúcar a la que llamaban Kapuziner.
Sin embargo, Cappuccino y Latte no son lo mismo y las primeras apariciones de Café Latte se encuentran en 1867, en una publicación llamada Italian Journeys, y por ello se le considera de origen italiano.
A pesar de su origen, quienes popularizaron el café con leche fueron los estadounidenses, pues estaban acostumbrados a consumirlo en el desayuno.
Aunque es cierto que lo que ellos consideran Latte, en Italia no te va a llevar más que a un vaso de leche, ya que es la traducción literal de la palabra leche.
Las diferencias entre el Café Latte y el Café con leche
Si que es cierto que la base de ingredientes entre el Café Latte y el Café con Leche es la misma, pero como ya decía anteriormente, la clave esta en las proporciones y técnicas de elaboración.
Café con leche
La principal diferencia reside en el café que se utiliza al hacer un café con leche, ya que no se elabora con un espresso, si no con un café de goteo o filtrado, con mayor proporción de agua.
Normalmente, cuando en una cafetería pides un café con leche, te van a servir un Latte con menos leche ya que este café se sirve con un espresso doble.
Otra diferencia que presenta el café con leche es que se le suele poner bastante más espuma, aunque se puede pedir sin ninguna espuma según el gusto.
Esta espuma no suele ser una espuma seca, si no aterciopelada y con burbujas, ya que es una mezcla de la leche con el vapor, lo cual la vaporiza y crea esta textura.
Aun así, al menos aquí en España, el café con leche es probablemente de los cafés más consumidos ya que, aunque la leche suaviza el sabor del espresso, sigue siendo el sabor dominante.
Preparando un café con leche
En el caso del café con leche, la receta y las proporciones cambian ligeramente, ya que se agregan partes iguales de café filtrado y leche al vapor o texturizada.
Solo tienes que preparar tu café en tu cafetera de filtrado o goteo, servirlo en una taza y añadir la leche después de texturizarla con un vaporizador o una espumadora.
Algunos expertos afirman que este café tiene un sabor más fuerte que el Cappuccino ya que la leche y el café se mezclan de una forma perfecta.
Pero al final depende de los gustos, ya que otros afirman que la mejor combinación de leche y café reside en el Cappuccino mientras que hay quien dice que solo cambia en la presentación.
Las diferencias entre latte y cappuccino
Probablemente el Cappuccino esté más cerca del Latte en cuanto a receta ya que también se usa café espresso, pero sigue cambiando tanto el volumen de café como las proporciones y la intensidad del sabor.
El Capuccino se prepara con espresso, vapor y espuma de leche a partes iguales en una taza más pequeña que la del café Latte.
En el caso del Capuccino, el tamaño de la taza es muy importante para conseguir el equilibrio perfecto entre el sabor del espresso y la cantidad exacta de leche.
La espuma de esté café puede ser seca o aterciopelada, según el gusto. La espuma seca se compone de burbujas grandes, livianas y voluminosas, al contrario que en la espuma aterciopelada en la que las burbujas apenas se aprecian.
Con esta receta se consigue un sabor más intenso que con un café Latte pero también más espuma en el café.
Preparando un café cappuccino
Si ves a un camarero preparar un Cappuccino, podrás ver como primero vierte 1/3 de leche calentada con vapor en la parte inferior de la taza para después añadir el café cuidadosamente y la espuma con una cuchara.
Así es como se crean las capas tan peculiares que se pueden saborear al tomarse un Capuccino, tanto en sabor como en textura.
Es cierto que esto lo puede hacer parecer complicado, pero solo se necesita un poco de práctica para prepararlo como un camarero profesional.
Aun así, para empezar a aprender a prepararlo, puedes simplificar la elaboración vertiendo primero el espresso y después la leche ya calentada para finalizar tu taza con la espuma de leche.
La cuestión es practicar la elaboración ya que no deja de ser un café bastante sencillo de preparar y experimentar cual es el mejor sabor que se adapte a ti y siempre puedes seguir esta receta mas detallada.
Mucha gente pensaría que hay que añadirle cacao o canela a la espuma de la leche pero, según la receta del Cappuccino tradicional, son ingredientes que se añadieron años después y, probablemente, en cafeterías de fuera de Italia.
Prepara un delicioso café latte
La receta es realmente sencilla y las proporciones fáciles de calcular, pero aún así, la elaboración puede requerir un poco más de practica.
Ingredientes y herramientas
- Cafetera para espresso
- Vaporizador o espumador de leche
- Molinillo de café
- Café en grano (aunque también se puede usar ya molido)
- Una taza de 230 ml
Cafetera
Para esta receta, necesitamos un café espresso, por eso las cafeteras más recomendadas serían:
- Cafetera Exprés: Tener en casa una versión pequeña de la clásica de cafetería es toda una fantasía, pues te permitirá no solo preparar café espresso perfecto, si no que, además, tiene un vaporizador de leche incluido, lo que nos permitirá conseguir la espuma de leche a la par que la calentamos.
- Cafetera Moka: Lo más parecido a un café espresso sin invertir una alta cantidad de dinero, esta cafetera clásica se puede encontrar en casi cualquier casa. Su funcionamiento es sencillo, se lava en un momento, y el café que se consigue es delicioso, fuerte y aromático, aunque eso si, no tiene tanta espuma como el espresso de la anterior máquina.
- Cafetera de cápsulas: Tan sencillo como comprar la cápsula adecuada, puedes comprar directamente la de latte, o bien conseguir la de espresso y terminar la receta por tu cuenta.
Preparación
Para empezar hay que moler los granos de café según la molienda que requiera el tipo de cafetera que estés usando.
En cafetera italiana o máquina espresso lo ideal es una molienda entre fina y media además de realizar una extracción rápida, a poder ser de no más de 25 segundos.
Precalienta la taza echándole un poco de agua caliente tanto por la parte interior como por la exterior y sécala con un paño o papel de cocina.
Prepara el café espresso en la taza ya precalentada y llénala hasta 1/3 de la taza, ya que los otros 2/3 deben ser de leche.
Debes calentar la leche entre los 65ºC y los 70ºC para que tenga la temperatura óptima para el café, puedes calentarla en una olla o, si tienes una maquina espresso y trae su propio calentador de leche, pero no crees demasiada espuma ya que el Latte no lleva casi espuma.
Ahora rellena los otros 2/3 de la taza con la leche caliente y añade sobre un centímetro de espuma hasta cubrir toda la superficie.
¿Se puede hacer un latte sin espresso o espumador?
No todo el mundo tiene una máquina de espresso pero igualmente quiere poder disfrutar de su café Latte.
Es cierto que en este caso es mejor optar por hacerse un café con leche, pero si aún así quieres intentar preparar un Latte, hay formas de atajar la falta de herramientas:
- Para empezar necesitarás tener el café, en este caso no va a ser espresso salvo que puedas conseguirlo sin tener la cafetera, pero es un sacrificio que se puede hacer para conseguir el Latte no tan perfecto.
- En cambio, para la leche y la pequeña capa de espuma, puedes calentarla, tanto a microondas como en una olla y después batir con un batidor de alambres hasta que se forme la cantidad deseada de espuma.
- También circula un truco en internet para crear espuma de una forma más sencilla, usando un bote. Solo tienes que calentar la leche durante unos 30 segundos al microondas, cerrar la tapa y, con cuidado de no quemarte, sacudir el bote hasta que cree la espuma deseada.
Es cierto que es un Latte solo a medias, pero aún así, puedes seguir disfrutando de esta bebida de una forma más casera y accesible para ti.