Cuando hablamos de café, existen cientos de especialidades en su preparación, además de incontables combinaciones que nos proporcionan nuestra dosis café diaria con toda clase de aromas y texturas que pueden llegar a conquistar hasta al más exquisito de los paladares.
Los enamorados del café bien sabrán sobre la existencia del café vienes, una receta que como su propio nombre indica, nació en la capital austriaca a finales del siglo XVII.
Se conoce en su lengua de origen como Wiener Melange. Con más de 300 años de historia, esta preparación de café ya ha enamorando a los paladares más golosos y de todos aquellos cafeteros que buscan una alternativa al tradicional café expreso. El café vienés tiene un suave y a la vez agradable sabor, resultando así un café perfecto para aquellas personas que quieren disfrutar del exclusivo aroma del café pero con un toque más suave. En muchas ocasiones se confunde esta receta de café erróneamente con otras recetas como el café capuchino o el café moca. Aquí te explicaremos el auténtico café Vienés.
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Historia del café vienés
Detrás de una buena historia, siempre hay una buena leyenda y la buena historia del café tiene uno de sus capítulos más antiguos en la bonita ciudad de Viena. La capital austríaca fue la puerta de entrada del café a gran parte de Europa.
A finales del siglo XVII en la conocida como Gran Guerra Turca se produjo una batalla entre el ejército cristiano dirigido por Juan III Sobieski, rey de Polonia en aquel entonces, contra el ejército turco dirigido por el gran visir del imperio otomano Kara Mustafá. Las tropas turcas tenían completamente rodeada y sitiada a la ciudad de Viena, aunque finalmente, en un giro inesperado, las tropas polacas, ayudadas por soldados del sur de Alemania consiguieron ganar la llamada batalla de Kahlenberg, liberando así la ciudad.
A su retirada , las tropas turcas dejaron muchas cosas de alto valor, incluyendo entre ellas sacos de café desperdigados por toda la ciudad. Este café era un gran aliado de las tropas turcas para paliar el cansancio de sus soldados durante las largas noches sin dormir en la batalla, sin embargo dicho café era un producto desconocido para los vieneses y para gran parte de Europa por aquel entonces.
Descubriendo cómo preparar el café vienés
El rey Juan III Sobieski decide otorgar el café a Jerzy Franciszek Kulczycky, un oficial que hacía de traductor, mensajero imperial y hombre de negocios, que ya había visto a los turcos preparar una bebida con los granos de café. De esta forma, este hombre funda la primera cafetería vienesa “Zur blauen flasche” en donde, para satisfacer los paladares de aquellos que no terminaban de asimilar el sabor del café, experimentó con varias recetas de café para intentar que el sabor de éste agradara a sus clientes, y termina agregando azúcar y leche a la bebida. Así es como surge el tradicional café vienés.
Base del café vienés
Sin duda el ingrediente principal de nuestro café vienes, como no podía ser de otra manera, será el café. La base de esta preparación es una buena taza de café espresso. Se necesita un café de gran cuerpo y cremosidad por lo que recomendamos utilizar café 100% arábica, o en su lugar, café 90% arábica y 10% robusto.
Ingredientes
Para preparar esta deliciosa bebida austríaca, necesitaremos:
- 250 ml de café expreso
- 200 ml de nata para montar
- 10 gr de cacao en polvo
- 1 cucharada de azúcar blanco
Preparación
El orden de preparación condiciona el resultado de nuestro café, por lo cual se deberá respetar cuidadosamente. El café vienés original se prepara así de esta manera :
- Se prepara el café expreso: En una cafetera italiana, a ser posible, preparamos la cantidad suficiente de café para obtener una tacita de 250 ml de café expreso. Si no encuentras este tipo de cafetera, también puedes usar una cafetera de filtro o de cápsulas aunque el resultado sea ligeramente distinto. Vierte el café en una copa o vaso transparente.
- Añade 1 cucharada de azúcar blanco a la copa con café que has preparado y disuélvela removiendo con movimientos suaves y reservamos hasta el siguiente paso.
- En un bol montamos la nata manualmente o ayudándonos de varillas eléctricas para un resultado más compacto. Tienes que asegurarte de tener una nata suficientemente compacta y densa, en caso contrario esta se diluirá en el café. Por supuesto, lo mismo pasaría con una nata montada de espray. Sirviéndose de una lengua o cuchara, incorporamos aproximadamente 5 cm de nuestra nata montada para coronar el café. Se han de diferenciar perfectamente 2 capas a través de la copa.
- Espolvoreamos cacao en polvo sobre la corona de nata y por supuesto no remuevas los 3 ingredientes. La clave y principal encanto del café vienés está en conseguir que estos 3 ingredientes entren en contacto y se mezclen en la boca cuando lo bebemos. Es una combinación de sabores y texturas única.
- ¡El exquisito café vienés está listo! En las cafeterías más tradicionales de Viena lo acompañan el café con un vasito de agua. Esto se hace para poder refrescar el paladar después de cada trago tal y como lo hacían los famosos pensadores y escritores en las cafeterías vienesas del siglo XX.
Variantes del café vienés
Una vez preparado y probado tu café vienés tendrás la sensación de que ya habías visto o probado ese café antes. Esto se debe a que hay versiones y variaciones del café vienes según la combinación con otros ingredientes.
Café vienés con helado
También conocido como Wiener Eiskaffee. Existe mucha gente que confunde el café vienés con helado con el Café Affogato. Es una confusión muy habitual, ya que se parecen, aunque se diferencian en un detalle fundamental.
El café vienés con helado se prepara del mismo modo que el café vienés tradicional que hemos visto, solo que se agrega una bola de helado al café espresso y luego se monta y añade la nata.
La gran diferencia con el café affogato, es que este último no lleva crema.
Café vienés con chocolate
Sin duda esta es la preparación para los amantes del chocolate. Quien no ha soñado alguna vez en un día frío de invierno con poner sus manos en una taza de chocolate caliente. En Viena lo hacen ayudándose de su típico café. En este caso se prepara mezclando el café espresso con media medida de chocolate a la taza. Insuperable en un día frío mientras llueve en los ventanales de una cafetería de Viena.
Café vienés con alcohol
¿Quién no ha escuchado alguna vez la típica expresión “Hay que bautizar el café”?. Bien, pues el café vienés también tiene su versión “bautizada”. En está versión incorporamos como ingrediente al café espresso unos 40 ml de whisky de malta previamente calentado.
Al igual que pasa con el café vienés con helado , esta variante puede resultar conocida. Esto es porque este ardiente café se parece en gran medida al Café Irlandés, pero con la diferencia de que en este último la nata debe estar fluida y no montada, debe quedar una capa flotando.
Café vienés con miel
En esta deliciosa preparación del café vienés se sustituye el siempre polémico azúcar por una cucharada de miel. Proporciona un sabor distinto y digno de probar alguna vez. Han sido muchos los amantes del azúcar que una vez probado el café vienés con miel han sido incapaces de dejar de tomarlo.
Café vienés con leche
Obviamente en la gran variedad que existen del café vienés, también existe una para los que prefieren un café con un sabor más suave. En este caso nos referimos al café vienés con leche. En este caso reducimos la cantidad de nata de nuestro café a la mitad y añadimos la misma cantidad de leche. Da un color más dulce a nuestra preparación de café, pareciendo casi caramelo debajo de una rica capa de nata… ¡Es irresistible!
Café Vienés frío
A pesar de ser Viena una ciudad con un clima frío ideal para las postales de invierno, también tenemos una variante del café vienés ideada para una calurosa tarde de verano. En dicha preparación enfriamos el café expreso un par de horas en el frigorífico antes de su elaboración o, en su defecto, podemos añadir un poco de hielo picado antes de rematarlo con nuestra nata montada y el cacao en polvo. ¡Te sorprenderá!
El Fiaker
Aunque se considera una variante del Café Vienés debemos recalcar que esta se dio a conocer en el norte de Alemania. En esta preparación se añaden 20 ml de licor kirsch al café, y se termina decorando el café con una cereza marrasquino que le da ese contrapunto que tanto apasiona a la buena gente de Alemania.
Maria Theresa
La variante de la variante. Volviendo al café vienés con alcohol, en este caso el punto diferencial de este café está en el tipo de alcohol. Para este caso substituimos el Whisky de malta por media medida Cointreau. Una vez preparado el café, lo finalizamos decorando con cáscara de naranja confitada.
Donde tomar un buen café vienes
Los clásicos cafés austriacos están considerados para el pueblo de Viena como una institución de especial relevancia para su cultura y tradición. Por esto es que si visitas esta preciosa ciudad no te será difícil encontrar un cafetería que reúna la esencia y el encanto de los tradicionales cafés vieneses. Buen café, exquisitas tartas y otras especialidades austriacas para conocer un poco más de cerca la historia de la ciudad.
Café Frauenhuber
Dirección: Himmelpfortgasse 6, 1010 Wien, Austria
Se trata de un café amplio y tranquilo. En su día se llenaba de jugadores de ajedrez que echaban infinitas partidas, y aún a día de hoy este café se enorgullece de que Mozart y Beethoven participaran en las veladas musicales que se organizaban. Si, si, has leído bien, Mozart y Beethoven, y es que a pesar de seguir abierto, es uno de los cafés más antiguos de Viena.
Café Landtmann
Dirección: Universitätsring 4, 1010 Wien, Austria
Desde 1873, el café Landtmann ha albergado a vieneses y a visitantes, incluyendo al legendario psicoanalista Sigmund Freud, al compositor Gustav Mahler y al escritor Felix Salten entre sus clientes. Es un poco turístico, pero vale la pena ir para vivir la experiencia de estar en un café típico, y también cabe destacar su schnitzel Viennese. Mata dos pájaros de un tiro tachando “comer schnitzel” de tu lista de cosas que hacer en Viena en uno de los café más tradicionales. Asegúrate de dejarte un hueco para los postres, ya que su Apfelstrudel es muy aplaudido, de ahí que la factoría Landtmann surta de pasteles de manzana a otros cafés de la ciudad.
Café Central
Dirección: Herrengasse 14, 1010 Wien, Austria
Este café se encuentra en una ubicación inmejorable ya se encuentra cercano a la Michaelerplatz, cosa que al mismo tiempo provoca colas larguísimas para entrar. Lleva sirviendo café desde 1876.
Quizá, a nivel arquitectónico, es el café más bello de todos. Su interior de columnas y sus techos abovedados lo hacen muy distinto de cualquier otro local de café de la ciudad. A este café debería acercarse cualquier seguidor acérrimos de Karl Kraus, Stefan Zweig y Adolf Loos, pues ellos lo frecuentaban.
Sacher Café
Dirección: Philharmoniker Str. 4, 1010 Wien, Austria
No podíamos pasar por la ciudad de Viena y no mencionar esté café que da su nombre a la famosa tarta Sacher. Situado en la planta baja de un hotel de cinco estrellas histórico, desde 1832 el Café Sacher no solo es uno de los mejores cafés de Viena, si no que es el café más conocido en el mundo entero. Su tarta ha sido copiada hasta la saciedad, y aun así nadie ha dado con la receta original.
El café Sacher es algo así como un gran monumento, con sus salones decimonónicos que harán las delicias de sus visitantes. Se localiza a dos pasos de la Ópera de Viena y, al igual que en el café Central, es muy habitual ver largas colas para entrar. Eso sí, se trata de uno de los grandes mitos de Viena, por lo que en este artículo aconsejamos intentar visitarlo siempre. Valdrá la pena.